Discapacidad visual, un reto para las instituciones de educación superior
Cada vez más son las personas con discapacidad visual que están intentando acceder a la educación superior, sin embargo, en el proceso deben enfrentar las dificultades que se presentan en las instituciones a las cuales se postulan; ya que muchas de estas, desconocen el proceso y no brindan las condiciones técnicas y humanas óptimas para el acceso y la permanencia de esta población.
Por: Kenny Jessel Vélez Correa y Kelly Patricia Velásquez Fernández
Viernes, 11 de noviembre del 2016
Los gobiernos en su proceso de desarrollo y mejoramiento de la calidad de vida y bienestar humano deben brindar por medio de sus reformas y políticas, las garantías para que toda la población pueda satisfacer sus necesidades básicas, entre ellas el acceso a la educación superior de la población con discapacidad. Esto aumentaría las capacidades económicas de los mismos por lo cual, se logra generar una independencia laboral y personal de dichos sujetos. En conjunto se debe trabajar con las instituciones y entidades que brindan esos recursos y servicios para que se guíen por las normas y se implementen correctamente, vinculando al resto de los ciudadanos por medio de la educación y respeto para cumplir y hacer cumplir los derechos de estas poblaciones.
Las personas con discapacidad visual son amparadas en Colombia a partir de la Constitución Política de Colombia de 1991; donde en su artículo 47 señala lo siguiente:
“El Estado adelantará una política de previsión, rehabilitación e integración social para los disminuidos físicos, sensoriales y psíquicos, a quienes se prestará la atención especializada que requieran”.
También en el artículo 68 se menciona:
“...La erradicación del analfabetismo y la educación de personas con limitaciones físicas o mentales, o con capacidades excepcionales, son obligaciones especiales del Estado”.
Y el Artículo 54 establece que:
“Es obligación del Estado y de los empleadores ofrecer formación y habilitación profesional y técnica a quienes lo requieran. El Estado debe propiciar la ubicación laboral de las personas en edad de trabajar y garantizar a los minusválidos el derecho a un trabajo acorde con sus condiciones de salud”.
Otras de las leyes para la educación de personas con discapacidad en Colombia se pueden encontrar aquí.
Dificultades de la población con discapacidad visual en la academia
La creación de espacios generan comodidad y adaptación entre las personas con discapacidad
Dentro de esta población se pueden distinguir diferentes limitaciones visuales, que hacen que estos requieran satisfacer algunas necesidades y ayudas, tanto en su vida cotidiana como dentro de las instituciones donde deseen formarse como profesionales. Estas limitaciones pueden ser naturales (genéticas), degenerativas, o provenientes de factores externos, como el medio ambiente o situaciones de conflicto.
Además estas personas deben realizar un proceso de rehabilitación y adaptación a la sociedad, para garantizar su independencia, autonomía y reintegración a la sociedad. Así lo afirma William González, estudiante de Trabajo Social de la Universidad Pontificia Bolivariana sede Medellín, quien es miembro del Ejército Nacional y fue víctima de una mina antipersonal que lo hizo perder sus ojos.
Luego de esto, él inició su proceso en el Crac, Centro de Rehabilitación para Adultos Ciegos. “Allí enseñan primero que todo la movilidad; caminar sin bastón el primer mes; ubicarse geográficamente dentro del mismo barrio, darle la vuelta a la manzana para quitar el temor y tener seguridad de enfrentarse a la realidad, a la sociedad, a la gente; ubicarse en cuanto a puntos cardinales, oriente, occidente, norte y sur; y las nomenclaturas”.
Pero en la mayoría de los casos; estas personas se han visto limitadas por el poco conocimiento que tienen las instituciones, entidades y entorno cercano con respecto al trato y herramientas que brindan en pro de establecer una inclusión social; donde haya equidad para el acceso y permanencia a los diferentes servicios y participación ciudadana.
Esta problemática se puede visualizar en las instituciones de educación superior, donde no se han implementado políticas y normas óptimas que permitan generar igualdad frente a personas con discapacidad visual que deseen acceder a sus programas. Aunque el estado ha dictado normas para la inclusión, aún son incipientes teniendo en consideración las necesidades que tienen y las dificultades que aún enfrentan diariamente estos sujetos para su movilización y supervivencia.
La limitación visual no es una situación que pueda pasar desapercibida, ya que según el registro de localización y caracterización de personas con discapacidad del Ministerio de Salud, para el año 2014 solo el departamento de Antioquia contaba con 41,062 personas en esta condición; lo que representa un 9,5% de la población. Y “esta situación generará una carga social, económica y cultural de alcance universal, con énfasis en los países de ingresos medianos y bajos” según el artículo La ceguera y la discapacidad visual son una prioridad de la salud pública en Colombia disponible aquí.
Los discapacitados visuales encuentran muchas de estas dificultades en el acceso a una educación superior; que no les brinda desde los primeros acercamientos, un apoyo para sentirse incluidos ni aceptados dentro de sus carreras. Tampoco son un público objetivo para las universidades, ya que estas no establecen herramientas para hacer llamativos sus servicios a esta población.
Uno de los primeros pasos que deben realizar para acceder a una carrera profesional, es elegir la universidad y hacer el proceso de inscripción, donde la institución no solicita información detallada de las condiciones físicas del aspirante. Ahí inicia el distanciamiento y los vacíos entre la institución y la persona porque no hay una comunicación directa, para facilitar como un segundo paso la lectura del examen de admisión, o en caso de realizar entrevista, la institución al reconocer esta diferencia; la identifica como un bloqueo para profesores, estudiantes y directivos porque no saben de qué forma guiarlos en su proceso académico o físico por el campus.
Así en muchas ocasiones estas situaciones, serán la razón mayor para denegar el puesto de estudiante universitario a esta población, lo que indica que los límites no los impone el aspirante si no, en muchas ocasiones las instituciones que no están preparadas para educar a esta comunidad.
“Aquí lo complejo no es enseñarle al ciego, aquí lo complejo es saberle enseñar al ciego, eso es lo que se desconoce, la barrera que se crea cuando dicen “¿cómo le enseño a usted?”; esa no es una actitud de disponibilidad; como hacen algunos profes que me dicen, ‘William cómo hago con vos, explícame porque no tengo ese conocimiento, enséñame a enseñar. Si te queda algún vacío pregúntame que yo estoy pendiente’ ” comenta William.
Otra de las dificultades que se les presenta a esta población que desea adquirir conocimientos profesionales, una vez después de ingresar a la universidad como estudiante; es el desplazamiento, debido a la infraestructura física del espacio; ya que esta no está adaptada para sus necesidades.
Muchas veces hacen falta las guías que son ubicadas en las calles y las cuales les permite se puedan movilizar a cualquier lugar con el bastón, otra son los obstáculos como petardos, basureros, escalones; que les dificulta una buena movilidad en la cual no salgan lastimados y otras situaciones como la falta de herramientas, el acondicionamiento de salones y de la biblioteca, son contribuyentes a la deserción por la poca ayuda que recibe esta población con deseos de superación académica.
Un voluntariado que no pasa las fronteras de una institución
La disposición de entidades privadas y públicas para generar ayudas y recursos permite la adquisición de equipos especiliazados.
Hace 20 años la Universidad de Antioquia descubrió que dentro de su campus universitario habían estudiantes con limitaciones visuales, ya que estos estaban presentando bajo rendimiento académico; principalmente por la falta de ayuda que desde su ingreso se les estaba negando debido al desconocimiento de su presencia por parte de la institución.
Es allí donde los directivos le asignan la tarea a su biblioteca central Carlos Gaviria Díaz, para que se desarrollaran y aplicaran diferentes herramientas de estudio dentro y fuera de aulas de clase para esta población. Como solución a esta dificultad surge el programa Préstame Tus Ojos; un voluntariado que promueve la colaboración entre estudiante y estudiante, para la ayuda de las tareas académicas de esas personas con discapacidades visuales, que requieren realizar lecturas de textos y talleres, repasar para exámenes, entre otras.
Este voluntariado es abierto en la medida que acepta la colaboración de personas externas a la universidad que deseen brindar su ayuda a los estudiantes, entendiendo que “un voluntario es toda persona que, de modo continuo, desinteresado y responsable, dedica parte de su tiempo a actividades en beneficio de la comunidad, organizadas desde un proyecto, desarrollado por una entidad determinada, lo que implica que la actividad como voluntario no es esporádica, requiere compromiso personal, y exige valores expresados en entregar sin esperar retribuciones a comunidades, independiente de su estatus”. (Pérez Ortega. G, García Jaramillo. A, Sepúlveda Atehortúa, L (2012). La Motivación en los Voluntarios: Una Aplicación del Inventario de Funciones al Caso Colombia).
Sin embargo, el programa a través de los años siempre ha estado enfocado a dar solución a las dificultades internas, en su misión no está ayudar a personas con discapacidad visual que no hagan parte de esa institución. Pero se debe tener en cuenta lo positivo que significa esta posibilidad de que sus funciones están guiadas por procesos de voluntariado, no remunerado, ya que “según Trianes, Muñoz & Jiménez (2000), el desarrollo de competencias sociales permite, la formación de conductas congruentes valoradas por la sociedad. Estos comportamientos hábiles favorecen la adaptación, la percepción de autoeficacia, la aceptación de los otros y los refuerzos agradables, es decir, el bienestar”. (Enciso, E & Lozano, M. (2011). Diferencias en actitudes y estrategias cognitivas sociales en jóvenes vinculados y no vinculados a programas de voluntariado. Pág. 90).
Infografía sobre los intereses de los jóvenes para realizar voluntarios no remunerados.
Desde la implementación de Préstame Tus Ojos en la UdeA, el número de estudiantes con esta discapacidad ha tenido un incremento, pasando de 14 personas inicialmente a tener actualmente 23, sin contar con algunos de los egresados que acuden en busca de ayuda y se les brinda el servicio, ya que la mayoría han logrado graduarse exitosamente. “La discapacidad es un problema histórico, era casi imposible que 30 años atrás, una persona con discapacidad visual pudiera estudiar y más llegar a programas de pregrado” afirma Laura Marcela Jaramillo Hurtado coordinadora del servicio. También puede escuchar o leer la entrevista completa de Laura Jaramillo.
Esto se debió, al control que se realizó desde el proceso de admisión, donde desde entonces elaboran exámenes especiales para ellos y les dan el acompañamiento en su proceso de adaptación académica; luego cuando son admitidos oficialmente, se relacionan con los docentes quienes tienen una guía y conocimiento sobre la metodología de enseñanza para estas personas, y se les crea el plan de trabajo que deberá seguir el estudiante y el docente en cada una de las materias.
En este proceso una de las voluntarias externas que ha colaborado durante 8 años es María Elena Arango, que con 70 años asiste a la biblioteca cada martes a realizar su trabajo a pesar de los cambios que ha visto en el programa. “Antes se realizaban grabaciones en casetes donados por las personas, y grabábamos encima de la música, pero como uno se equivocaba tanto y había que corregir tanto; era muy cansón. Luego pasamos a grabadoras y micrófonos manuales” comenta María Helena. Para más información lea o escuche la entrevista completa.
En la actualidad el programa se ha adaptado a las nuevas tecnologías incluyendo en sus herramientas y recursos, equipos como una impresora braille, varios scanner para libros y documentos que digitalizan el texto para que posteriormente sea organizado en el computador y con el software de lectura JAWS (Job Access With Speech) pueda ser verbalizado y así, dar un servicio más práctico y eficaz a los beneficiarios.
Además este material digitalizado se encuentra en una plataforma llamada Tiresías, creada por la Universidad de Antioquia y el Ministerio de Educación Nacional. Debido a estas nuevas implementaciones, la metodología del trabajo de los voluntarios ha cambiado, ya que estos no necesitan asistir presencialmente a las instalaciones de la biblioteca para brindar su ayuda porque pueden hacerlo de manera virtual.
Pese a estas facilidades muchos han desertado y han sido muy poco los ingresos de nuevos voluntarios. Según las rendiciones de cuentas de las Organizaciones no Gubernamentales-ONG-, durante 2008 y 2009 el número de voluntarios se redujo en 15%, pasando de 1830, a 1655. (Pérez Ortega. G, García Jaramillo. A, Sepúlveda Atehortúa, L. (2012). La Motivación en los Voluntarios: Una Aplicación del Inventario de Funciones al Caso Colombia).
El conocimiento e implementación de recursos, primer paso a la inclusión social en la educación superior
La independencia que crea en las personas con discapacidad visual con el apoyo y programas que realizan diferentes entidades y organizaciones; ayuda a que se conviertan en individuos proactivos y creadores de soluciones para esa misma comunidad.
William González, fue el primer invidente en ingresar a la facultad de Trabajo Social de la UPB, por ello se encontró con algunos limitantes, que ha ido superando debido a sus capacidades; “le explicaba a los docentes como podrían enseñarme, herramientas para que me evaluaran, porque la universidad no tenía esas metodología establecidas para nosotros”. También puede escuchar la entrevista completa con William aquí.
González, quien conoce el programa de la UdeA, resalta la importancia del mismo debido a que a partir de allí, su universidad la Pontificia Bolivariana, junto con líderes del semillero de dinámica social; de Trabajo social, comenzaron a realizar un estudio institucional sobre las condiciones de los estudiantes con discapacidad visual, llamado Experiencias de Académicos en Situación de Discapacidad Visual a partir de los procesos de inclusión social en las bibliotecas y otros escenarios académicos y laborales y las incidencias que han tenido estos en sus historias de vida, identificando ideas que aporten a generación de propuestas de inclusión en Medellín en el año 2016.
Este proyecto se ha presentado en tres ponencias; la última fue en el Encuentro Nacional de Semilleros en Cúcuta donde obtuvieron un resultado meritorio. A partir de ese estudio que realizaron, se empezó a fortalecer el apoyo por parte de la universidad (UPB), la cual dispuso tres computadores en la biblioteca con los programas del lector de pantalla y un scanner; transformaron su infraestructura física al implementar las guías en algunos de los senderos peatonales del campus; asignaron a una persona como compañía aunque no está disponible todo el tiempo para las necesidades que a estas personas les surjan.
En cuanto a la página de la universidad “ya he expuesto esa inquietud varias veces, sobre el SIGAA, correo institucional, página web de la universidad y la base de datos de la biblioteca; es accesible pero hay palabras que el lector no logra verbalizar” lo que representa un limitante esto aclara González.
Estos logros solo son el comienzo de un largo camino, que de ejecutarlo bien puede lograr la inclusión social y académica de esta población en situación de discapacidad; también servirá como una guía para promover y potencializar los métodos de enseñanza y recursos en todas las instituciones de educación superior; para evitar la deserción, el analfabetismo, y mejorar la integración de esta población en la academia.
Allí se deben buscar nuevos mecanismos para su aprendizaje, ya que no es solo abrir las puertas para facilitarles el acceso, sino garantizar su permanencia y hacer de este proceso, una meta exitosa donde se desarrollen nuevas formas de enseñanza y garanticen la obtención.
Como estudiante invidente, William piensa que las instituciones deben “implementar equipos tecnológicos que son fundamentales como el lector de pantalla, impresora, portátiles, el acceso a páginas de instituciones, base de datos y correos. Sobre todo fortalecer el conocimiento de los docentes en cuanto a la enseñanza con nosotros, el proceso y el manejo con una persona de discapacidad visual, porque no todos saben cómo es, no todos conocen del tema; no porque no les interese, si no que muchos no han tenido que enfrentarse a esta situación. Desde que una universidad se enfrente a esto, se empiezan a ver avances notorios”.
Ya que todo ha cambiado desde “hace unos 15 años las personas con discapacidad debían buscar currículums que se ajustaran a sus limitaciones. En este momento y a futuro, lo que se busca es que las personas puedan acceder a los diferentes programas de educación y cuenten con el apoyo necesario” (Ampliar la información). Así la inclusión social se convierte en una meta para todas las instituciones y entidades para el desarrollo y equidad de una sociedad justa y equitativa.
Por otra parte, en torno a estas personas en situación de discapacidad visual, se han creado soluciones a las dificultades que presentan. Tifolibros, es una biblioteca virtual para invidentes española accesible, que verbaliza todo e incluso da instrucciones y guía de cómo navegar y encontrar las lecturas.
En Colombia está la INCI, el Instituto Nacional para Ciegos ubicado en Bogotá que tiene una biblioteca virtual para el uso de estas personas. También para la formación y rehabilitación, el SENA brinda un curso básico en sistemas con el lector de pantalla JAWS, donde enseñan todo sobre Word, Excel, correo electrónico e internet. Además de que existen otras herramientas como Abbyy Finereader, que convierte los documentos PDF a Word, para poder que el lector pueda verbalizarlos.
Otro ayuda importante la brinda la Fundación Vishnú del Cyprés, que ofrece caninos entrenados como lazarillos, realizando dos entregas de 6 perros guías al año de forma gratuita a los interesados que llegan a veces a sumar hasta 500 personas. Como requisitos, exige que sea una persona con discapacidad visual que haya tenido un proceso de rehabilitación y movilidad con el bastón, conocimiento del espacio, toma de transporte, manejo de direcciones y que demuestre interés y aprecio por los animales; que se evalúa según el contacto frecuente con la organización.
Para la construcción de una sociedad incluyente surgen propuestas de personas que viven con esta condición y por las cuales se puede entender la importancia en la formación e integración de las mismas en los procesos de desarrollo y construcción social. Así se manifiesta en la conferencia de TED que realiza Chris Downey, llamada Diseñar con los ciegos en mente.
![]() | ![]() | ![]() |
---|---|---|
![]() | ![]() | ![]() |
![]() | ![]() | ![]() |
![]() | ![]() | ![]() |
![]() | ![]() | ![]() |
![](https://static.wixstatic.com/media/e9dd3a_d0c64e353ff24a37a25c10bf46414315~mv2_d_5184_3456_s_4_2.jpg/v1/fill/w_600,h_400,al_c,q_80,usm_0.66_1.00_0.01,enc_avif,quality_auto/e9dd3a_d0c64e353ff24a37a25c10bf46414315~mv2_d_5184_3456_s_4_2.jpg)
![](https://static.wixstatic.com/media/e9dd3a_45a91a862c524b879d6e878c9a876756~mv2_d_5184_3456_s_4_2.jpg/v1/fill/w_600,h_400,al_c,q_80,usm_0.66_1.00_0.01,enc_avif,quality_auto/e9dd3a_45a91a862c524b879d6e878c9a876756~mv2_d_5184_3456_s_4_2.jpg)