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‘Ver la realidad a través de los ojos del otro’: Trabajo remunerado o voluntariado

“A nadie le pagan por conocer el amor de su vida” Juan Esteban Ramírez, voluntario de Techo.

Por: Laura Gómez Ramírez  & Stefania Gil Gómez 

Medellín, 12 de noviembre de 2016

En el voluntariado no se busca generar asistencialismo, por eso en las nuevas generaciones se cultiva el sentido de pertenencia y compañerismo.

Esta es una historia que se escribe con pico, pala, cucharas y convites,  bajo un ‘Techo’ tan grande como el cielo y con un suelo tan firme como el suyo o el nuestro. A esto se  levantan muy de madrugada todos los sábados y domingos los 723.178  voluntarios de la organización Techo en toda Latinoamérica. Son los guardianes de las historias que quieren vivir cientos de familias en situación de vulnerabilidad.

¿Trabajar sin que te paguen?, estás loco, es el comentario que cualquier persona voluntaria  podría haber escuchado en el siglo XX, más aún si fueses  también un trabajador bien remunerado. Pues esto era considerado por la mayoría desperdiciar el tiempo libre. Por eso, esta actividad era asociada con personas laboralmente inactivas como  los jubilados y  las mujeres, según un estudio realizado en el 2000 por la Universidad Católica de Chile.

Ahora muchas personas pueden seguir  pensando lo mismo acerca del voluntariado. Sin embargo, lo que resulta aún más difícil de creer, para la sociedad actual, es que una persona prefiera dejar su trabajo, por el que recibía una remuneración considerable, desempeñando labores en el área para la se  educó, y migre a un trabajo por menos dinero y relacionado con el área de voluntariado en el que se desempeñó alguna vez.

La perspectiva frente a este tema ha evolucionado en los últimos años, ahora se considera esta labor como un mecanismo de integración social que contribuye a desarrollar habilidades cívicas. Pero cómo se sabe si alguien tiene madera para realizar acciones filantrópicas.

Techo no inicia ni termina un proceso sin una evaluación, es la misma comunidad la que debe identificar cuáles son sus necesidades. Estas actividades también funcionan para encontrar aciertos y desaciertos de la organización en las intervenciones.

De la vocación a la acción y pasión

 

Los voluntarios son la base de muchas instituciones que relazan trabajos de intervención social como Techo, una organización con presencia en Latinoamérica y el Caribe, que busca ayudar a las personas a superar la pobreza extrema a través de una intervención integral y la capacitación en Derechos Humanos para crear conciencia social. Techo realiza proyectos actualmente en 5 ciudades de Colombia: Bogotá, Medellín, Cali, Cartagena y Barranquilla.

Carlota Salazar es la actual directora de finanzas de Techo Colombia y afirma que la vocación es la que hace que una persona tome el teléfono o llene un formulario para cambiar vidas, empezando por la suya, “pues ser voluntario implica asumir un estilo de vida”. En un principio se dictan unas charlas de inducción, donde se deja claro cuáles son las actividades que van a realizar.

Para atraer voluntarios esta organización realiza diferentes campañas, una es por medio de redes sociales, en la Fan page tienen un movimiento constante de información. En determinadas fechas van a las universidades llevan un stand, se toman las instituciones y generan una ola para hacer crecer la red de voluntarios.

Infográfico: Suplir vivienda no es uno de los mayores intereses de los voluntarios.

Y si es de hablar de vocación  Carlota Salazar tiene mucho que contar de su experiencia personal, tiene 29 años y es ingeniera industrial, fue voluntaria durante cuatro años y luego se postuló para el cargo como directiva que hoy desempeña, por el que sí recibe remuneración económica, y por el que ha dejado a un lado otras ofertas de trabajo que podrían generarle mayores En los colegios también se desarrollan trabajos para empezar a formar el sentimiento altruista desde décimo y once, para ver cuál es su proyecto social, postularse para que los niños puedan elegir realizar su proyecto con esta organización. También recurren al voz a voz.

Aunque Techo es una organización reconocida por la construcción de vivienda éste no es su único proyecto, por eso su lema es ¡haz voluntariado en cualquier cosa que pueda aportar a la sociedad! 

ingresos, “uno a veces es muy Hippie, yo no me imagino trabajando en una oficina norma, es por vocación, porque se pueden hacer cambios en este país (…) haciendo algo para cambiar  la vida de las personas”, asegura mientras hace carrizo y se recuesta cómodamente en la silla de la biblioteca de su casa.

Vea también: Red de voluntariado estudiantil propone soluciones a los problemas del país.

Salazar se separó de su familia, se fue de Medellín para continuar con sus proyectos de construcción social.

“Normalmente la vocación en una persona comienza a identificarse en la época del colegio, cuando se empiezan a explorar los diferentes campos de acción a los que se puede acceder desde diferentes profesiones, la vocación se puede identificar a través diferentes herramientas y baterías psicológicas”, afirma Natacha Jaramillo Psicóloga y especialista en gerencia de talento humano, y agrega que bajo la aplicación e interpretación de profesionales ayudan a los interesados a aclarar y ampliar el panorama sobre aquellas profesiones u oficios que se pueden adaptar a sus expectativas.

 

Otros factores que influyen en la dedicación de un voluntario, según un estudio empírico realizado por Antonio Ariza Montes & Alfonso Carlos Morales Gutiérrez en el 2011 sobre los “Factores personales y contextuales para compatibilizar voluntariado y actividad laboral”,  son el nivel social o familiar, el estatus socioeconómico, edad, género, sexo, el rol y la actividad laboral.  

Está comprobado que a medida que aumenta el estatus profesional aumenta la probabilidad de voluntariado, según el mismo estudio. Además, la participación social está en una categoría superior entre aquellas personas con trabajos de esta naturaleza. Los empleados que tienen una actividad laboral donde existe un elevado grado de autonomía, variedad y complejidad se dedican al voluntariado en mayor medida que otros trabajadores.

Escuche la entrevista completa:

Remuneración emocional

Los voluntarios siempre deben portar una prenda visible que lo identifique como miembro de Techo, es una norma, esto les brinda protección dentro de los territorios a intervenir y también hace que las personas de la comunidad los reciban con hospitalidad, les den jugo sin conocerlos o los saluden con un fuerte abrazo.

¡Eso!, la comunidad o cualquier tipo de población a intervenir es lo que moviliza a los voluntarios, quienes madrugan y se privan de reuniones familiares  los domingos  y el descanso en la comodidad de su casa después de una larga semana de trabajo y van, por ejemplo a comer el ‘sancochito’ que a veces les hace Astrid Lucía Sánchez, una de las madres beneficiarias de las actividades que realiza Techo.

La sicóloga Natacha Jaramillo expone que la remuneración emocional es: “lo que la empresa brinda, más allá de dinero, que le permite a la persona que labora estar motivada, estar a gusto y poder dar todo de sí mismos para que todo funcione, esto también hace parte del proceso de sentirse identificado con la tarea que se ejecuta”, Sánchez vive en la Nueva Jerusalén, ubicada entre el barrio París de Bello y el Hospital Mental de Antioquia, su hijo Miguelito, fue beneficiario del proyecto La Escuela te Abraza, una construcción hecha entre líderes comunitarios y la organización Techo, allí Miguelito cursó primero y ahora asiste los sábados al proyecto Educación Para la Paz, desarrollado por la misma organización.

“Uno recibe todas las ayudas que suban por acá, pero uno también agradece la constancia, ellos desde que llegaron nunca nos han abandonado, aunque muchos de por acá sean tan desagradecidos” comenta Sánchez en la sala de su casa, mientras Miguelito para la oreja sentado a su lado.

Familia Sánchez en su casa un domingo después de compartir un sancocho con los voluntarios de Techo.

María Paola Quintero es egresada del colegio Colombo Británico y posteriormente graduada como abogada de la universidad Eafit, ella decidió que a pesar de las múltiples oportunidades de trabajo que se le presentaron al graduarse en grandes empresas lo suyo era trabajar por cambiar la realidad de las personas, defender sus derechos y trabajar por un mundo mejor.

Quintero a sus 23 años de edad ya ha trabajado desde el voluntariado por mejorar la calidad de vida de muchas personas, a pesar de su corta edad son muchas las familias a las que ha ayudado, ya ha coordinado las construcciones de Techo en múltiples ocasiones.

Para Paola un techo para una familia, es brindarle una oportunidad y quitarles una preocupación

Paola asegura que “Más allá de características o valores todo el mundo llega al voluntariado buscando algo más, yo siempre he dicho  que el voluntariado es una forma de alimentarse uno mismo, es una forma de ser de alguna manera egoísta porque uno busca una satisfacción personal, mucho llegamos buscando sentirnos mejor con respecto a nuestra vida y entendemos que esa es una de las ganancias que podemos obtener”.

El Dulce Egoísmo de Ayudar | Juan Rey | TEDxMarDelPlata

Quintero ya perdió la cuenta de cuántas casas ha ayudado a construir, pero de lo que sí está segura es de que: “(los voluntarios) tenemos en común que nos indigna la situación en la que estas personas viven, pero creo que todo el mundo debería hacer voluntariado alguna vez en su vida en el área que les mueva para que puedan conectarse con el verdadero sentido de la vida que es el amor al fin y al cabo”.

Escuche la entrevista completa:

Pero si el plan no es trabajar de lleno en esto, el voluntariado genera otros cambios internos, que aunque la labor como voluntario sea pasajera, el cambio en la persona puede llegar a ser permanente.

Capacidades que desarrolla el voluntariado para la vida laboral

 El fomento de la competencia social requiere de dos tipos de componentes, el primero netamente interno y el segundo se refiere al aprendizaje de estrategias o habilidades de interacción social apropiadas según las distintas situaciones. El voluntariado contribuye al desarrollo de la competencia social de los adolescentes, estas facilitan o dificultan su adaptación social al medio en que viven.

“En el factor pro-social se agrupan en dos factores de orden inferior: la solidaridad y el liderazgo. En la solidaridad se distinguen a su vez varios aspectos:Conformidad con lo que es socialmente correcto, sensibilidad social, ayuda, colaboración, seguridad y firmeza en la interacción” según un trabajo investigativo publicado por la Universidad Católica de Colombia en 2011.

Lo invitamos a compartir con nosotros:

 

Si ha realizado voluntariado, ¿cómo ha contribuido este en su desempeño laboral?

¡Bien! Mensaje recibido

“Las empresas se fijan en la experiencia laboral, pero la experiencia como voluntario marca la diferencia, habla de las habilidades y destrezas para desempeñar cierto rol y que de esta manera alcance los resultados esperados”, expresa la sicóloga Jaramillo, además, normalmente las personas buscan ocuparse para suplir sus necesidades económicas, más no consideran su vocación, y en los voluntarios estos aspectos suelen estar más claros, lo que buscan las empresas al contratarlos es estabilidad.

Galería

Arquitectura común de las edificaciones de Techo.

Esta es una de las casa construida por Techo en la que se evidencian los procesos de empoderamiento e identidad: ‘Ustedes no son invasores’.

Espacio de esparcimiento de los jóvenes voluntarios después de la intervención.

Construcción de la vivienda de 'Murillo' fundador del barrio Manantiales.

Dinámicas que se realizan durante las jornadas de Educación para la Paz.

Los procesos educativos de Techo hacen que los niños adquieran sentido de pertenencia.

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