Andrés Valencia tiene veinticinco años, ha estudiado en tres universidades diferentes,  pero ninguna de  las tres carreras que empezó, las terminó. Dos veces trató con arquitectura, pero no fue lo que él esperaba, según él  la forma en que se hace educación en las instituciones es incongruente, está mal formulada y no es para él.

Después estudió comunicación audiovisual durante ocho semestres hasta que un día no aguantó más y le dijo a su papá que iba a descansar un semestre y este  lo apoyó.  Desde  ese momento, Andrés empezó a hacer todo lo que quería por su propia cuenta.

Ahora se levanta todos los días en su apartamento en belén la mota y se reconoce a sí mismo;  piensa en sus manos, sus pies, su familia y todo lo que tiene. En ocasiones piensa en lo que soñó y lo escribe para recordarlo después.

Andrés  vive en un apartamento propio el cual compró con su hermana mayor luego de que su madre muriera hace unos seis años, sin embargo, hace ya tres años que Carolina, su hermana,  vive en Londres donde realiza una maestría y trabaja como mesera. Desde entonces,  Andrés vive con dos amigos a quienes les alquila las dos piezas restantes y con ello se sostiene.

Andrés va realizando las actividades que quiere según la vida y la intuición se lo vayan dando, en ocasiones hace música electrónica  en un estudio que el mismo armó en la empresa de su papá, allí puede pasar horas experimentando con sonidos que el mismo hace con sintetizadores y algunos otros instrumentos que va consiguiendo en todos los viajes que ha hecho.

 “mi música yo la hago para disfrutar de ella, por esto es que es tan diferente, a mí no me gusta seguir los patrones con los que todo el mundo hace las cosas  entonces hago cosas extrañas pero divertidas y que realmente suenan interesantes, tal vez no para muchos pero sí para quienes pueden tomarse el tiempo para escuchar algo diferente”

Andrés no sigue esquemas en nada y tampoco lo ha hecho en las cosas que hace con mucha pasión, en ocasiones también realiza vídeos junto con amigos o para él mismo, pero no le gusta que lo dirijan, “yo trabajo bajo mis esquemas y eso que tampoco tengo uno, solo dejo que las cosas vayan fluyendo.”

Andrés no piensa mucho en el futuro, no se toma mucho tiempo para pensar en esto, dice que está disfrutando y viviendo su presente y por eso no tiene por qué pensar en lo que será dentro de diez años, tampoco le gusta la plata, pero dice que es necesaria por eso la consigue con distintas actividades que van surgiendo en le día a día, “ hago trabajos con mi cámara, arreglo materas y las decoro para venderlas; ahora estoy rayando pepa de aguacate para vender y así… lo que vaya surgiendo”.

Andrés espera aprender muchas cosas de todo lo que va haciendo en el día a día y así, brindar este conocimiento a quien quiera y lo necesite, por ahora solo es para él pero cree que en algún momento de su vida habrá alguien que pueda beneficiarse de todo lo que ha aprendido, de allí que realice al menos dos viajes al año gracias al apoyo de su padre,  algunos ahorros que hace mediante sus oficios y el arriendo de su casa.